La situación inicial con la que nos encontramos es con una ciudad histórica de importante patrimonio cultural desarrollada en pendiente, zonas de nuevos desarrollos que con mayor o menor acierto han ido creciendo en su entorno, y una ribera totalmente abandonada al margen de la ciudad que en su día la dio origen. A parte de todo ello cabe señalar el nuevo boom socio-cultural que está suponiendo la universidad y que tanto está ayudando a la recuperación de la actividad y la población cada vez más envejecida.
Se propone para este espacio la revitalización lineal de la ribera con un principio y un fin marcados por la vida universitaria, la universidad y nuevos desarrollos de viviendas para estudiantes, creando así dos polos de focalización que favorezcan las comunicaciones no sólo del ámbito universitario sino del conjunto de la ciudad, conectando los nuevos desarrollos del sur con el casco antiguo situado al norte.
Para ello pretendemos hacer una arquitectura basada en lo inmaterial, acondicionando e interviniendo lo mínimamente posible en el territorio de manera que, como si de un proceso de acupuntura se tratara consigamos, por un lado reactivar la ribera del Marco tanto desde el punto de vista de sus huertas como desde el interés por la ciudad para recuperar un espacio verde capaz de conectar y articular todo su desarrollo, y por otro lado dotar a Cáceres de las carencias detectadas ya sea cubriendo necesidades dotacionales o conectando partes hasta ahora inconexas de la ciudad.
La materialización de todo este proyecto a partido del estudio del lugar desde el punto de vista de su vida actual y de su historia, así se han podido detectar tanto las deficiencias de espacios libres y dotacionales, las zonas de mayor actividad, las comunicaciones y relaciones de la ciudad desde el punto de vista del peatón, bici y coche, y los tiempos entre las distintas zonas concluyendo que el desplazamiento en bicicleta es el óptimo para cubrir el recorrido de la ribera que conecta universitarios con universidad, las dificultades de relación que por topografía tiene la zona del casco con la ribera, y los movimientos del cauce y caudal que el Marco ha experimentado debido a canalizaciones y pozos que han servido para abastecer al conjunto de huertas que han ido creciendo en su entorno.
Con toda esta información se ha confeccionado un plano de desarrollo del ámbito en el que el actual trazado del Marco, su trazado histórico y un nuevo trazado base de la arquitectura invisible que proponemos, juegan un papel vertebrador. Estos tres trazados se van cruzando a lo largo de la ribera, creando un total de seis ámbitos de paisaje diferenciados que se van a ir intercalando con las huertas actuales de manera que se produzca una integración de las mismas en el entorno del parque y puedan recuperar su importancia. A lo largo de todo este parque se proponen unos recorridos peatonales y de bici, en el los que se van sucediendo las distintas situaciones que lo acondicionan tanto a él como a la ciudad. Estas situaciones y usos van desde servicios de mantenimiento del parque, pequeño comercio (prensa, puestos de verduras de la huerta, panaderías, floristerías), zonas de ocio (bares-cafeterías, alquiler de bicicletas, apoyo a instalaciones deportivas), espacios culturales (talleres, bibliotecas, información y turismo), y espacios de recreo (zonas refrescantes, emanaciones de olores…)
Todos estos usos y situaciones se producen gracias a unos muros que conectados al nuevo trazado de río que proponemos van a ser capaces de generar estas actividades ya sea por sí mismos o asociados a antiguas preexistencias o hitos de la ribera a recuperar.
Se trata de muros contenedores tanto de material como de las instalaciones que precisa el uso que en ellos se va a desarrollar. Pretender ser muros de gran eficacia energética que aprovechen los recursos de captación de los que disponen tanto ellos como el nuevo trazado del río propuesto para desarrollar estas actividades. Actividades que ocupan aquel espacio que el muro es capaz de acondicionar y que por tanto irá variando en el tiempo con los aportes naturales de humedad, temperatura, horario solar… de manera que estos usos se definan con unos límites invisibles que guarden relación no sólo con los ciclos naturales sino con los horarios de la ciudad. Para ello los usos que sirven en mayor medida a la totalidad de la población cacereña (pequeño comercio, bares-cafetería, prensa, talleres y bibliotecas) se han ubicado cercanos a puntos de conexión con cada una de los barrios de la ciudad según las necesidades en ellos detectadas.
Con un planteamiento similar se desarrolla la nueva zona de viviendas universitarias junto a la Almazara y la Charca del Marco. No partimos del espacio para luego acondicionarlo sino de las necesidades que tenemos, en este caso una unidad de vivienda para dos estudiantes. Así se ha definido un muro capaz de generar los usos que en la vivienda necesitamos. Estos usos se han ido colocando a mayor a menor distancia del muro configurando un espacio delimitado cuya envolvente se ajusta a las necesidades de emisión de los usos que se desarrollan en la vivienda.
Mientras que por un lado el muro generador emite en una dirección creando la vivienda, por otro emite hacia el espacio exterior volviendo a crear ámbitos de arquitectura invisible, similares a los que se desarrollaban a lo largo del parque, en los que se produce una relación entre el espacio público del parque y el espacio privado de la vivienda. Estos espacios público-privados se producen no sólo al otro lado del muro sino debajo de ellos ya que las viviendas se elevan 3 metros respecto de la cota del parque lo que permite una mayor relación de la vivienda con el parque y toda la zona cultural que la rodea, la Almazara como nuevo espacio cultural y la zona huertas al norte de esta entre los que se intercalan talleres y bibliotecas. La relación de estas viviendas con las actividades culturales del entorno de la Almazara no sólo se produce a nivel del parque sino que también en las fachadas de la vivienda que sirven de lienzo para las expresiones artísticas que se producen tanto en la Almazara como en otros puntos de la ciudad.
La relación con la ciudad sólo no se produce con estas intervenciones puntuales a lo largo de la ribera y en las fachadas de las viviendas. La creación del muro generador de usos y sensaciones permite que este sea colocado en puntos estratégicos de la ciudad como plazas y jardines, como una alternativa más de mobiliario urbano común al del parque y una opción de generar aquellos usos necesarios en el interior del tejido urbano.
more about [MamBa Office]