Basándonos en la cultura del reciclaje y aprovechamiento de recursos para llegar a más con menos, podemos decir que el proyecto parte de una triple estrategia: RE-habilitar, RE-poblar y RE-configurar. Cada una de ellas se centra en un único elemento, edificio, parque y cerramiento, y juntos dan respuesta a los planteamientos propuestos del concurso de remodelación y ampliación del Museo de Esculturas de Leganés.

REHABILITAR el actual edificio de Las Dehesillas para alojar el programa de necesidades que el nuevo museo de esculturas requiere, redistribuyendo, redimensionando y reacondicionando cada uno de los espacios para lograr una mayor optimización del edificio.

Considerando que la escala del edificio actual se adapta mejor a un programa menudo, ya sea por sus anchos de crujía o por la altura libre que presenta, se decide alojar en él tanto las exposiciones de pequeño formato como el resto del programa complementario: control de acceso, sala polivalente, talleres, y oficinas, resolviendo en la ampliación propuesta el programa de mayor escala, esto es la exposición de gran formato y todo lo que ella lleva asociada.

Con todo ello, el edificio de las Dehesillas queda organizado en torno a dos accesos. El acceso público situado en el centro de gravedad del edificio, que conecta y articula toda el área expositiva, exposición exterior, exposición interior permanente y exposición interior temporal, además de dar acceso a la sala polivalente, talleres y zona administrativa. El segundo acceso, situado en la trasera del edificio, resuelve la zona de recepción y salida de piezas desde el almacén, conectado tanto con la zona expositiva permanente como la temporal. Se trata de un acceso de uso privado-restringido que puede quedar comunicado con la zona administrativa si ello fuera necesario.

REPOBLAR el parque. Se trata de crear un espacio libre que responda no sólo a las necesidades del museo sino también de la ciudad. Para ello se propone eliminar el trazado de ejes y avenidas excesivamente pavimentados que muestran la obra escultórica a lo largo de paseos  lineales, y optar por una disposición más orgánica formada por un gran macizo arbóreo con claros que respondan tanto a espacios de exposición como a plazas de acceso al recinto e intercambio vecinal. La ubicación de estas plazas responde al trazado urbano de las manzanas que rodean al parque ubicándose en puntos que focalizan circulaciones y posibles accesos al museo. Todo este conjunto de plazas queda conectado por una red de caminos que, entre árboles, recorren la totalidad del parque.

Esta mayor densidad vegetal se consigue manteniendo la que ya existe y completándola con nuevos ejemplares que conservan la actual retícula de plantación. En total 643 nuevos árboles que completan el parque, junto con 28.000 m² de claros expositivos, accesos y plazas para el vecindario.

RECONFIGURAR el perímetro acotado del parque para conseguir que el parque sirva a la ciudad más allá de las horas de apertura del museo. Para ello se crea un cerramiento que no se ciñe al perímetro de la manzana-parque, sino que se cierra y se abre ajustándose a la totalidad del área expositiva, tanto interior como exterior. Se trata de un elemento multifuncional que separa, relaciona, dirige, controla, recoge y representa.

Separa el espacio exclusivo del museo del exclusivo para la calle, a la vez que se hace permeable y relaciona ambos tanto visualmente como físicamente, al contener este los puntos de acceso al interior del recorrido museístico.

Ya en el interior, el cerramiento con sus deformaciones dirige las circulaciones del recorrido hacia el vestíbulo del museo.

Controla el acceso tanto del parque, cerrándose al público en horario nocturno, como del museo, configurando el vestíbulo de entrada y la zona de carga.

Al entrar en contacto con el edificio de las Dehesillas se quiebra en sección conteniendo un espacio que recoge la zona expositiva de gran formato temporal y permanente.

Y todo él representa la imagen del museo al quedar completamente envuelto por él.